En mi opinión, la pizza clásica de muzzarella es la más rica porque, tanto en la cocina como en la vida, "menos es más".
Es su simpleza y amalgama de sabores lo que la hace tan perfecta: masa crocante en su punto justo, salpicada con delicada salsa filetto, más cubierta generosa de muzzarella... Coronan la preparación pizca de sal, orégano y gotas de aceite de oliva a gusto. Las aceitunas son un extra que pueden realzar el sabor.
Es un plato noble, relativamente sano en comparación a la comida chatarra, nada pretencioso y con ingredientes simples pero que jamás falla, gusta a casi todos y cumple con creces su objetivo.
Por otra parte, se puede comer al mediodía o a la noche, al plato o con la mano, en verano o en invierno, con una buena cerveza bien fría, o una gaseosa, o simplemente acompañada con agua mineral, o hasta ¿por qué no? con un sofisticado champagne... Una buena pizza de muzzarella se adapta fácilmente a la situación y requerimientos del momento. La clave está en la calidad de los productos que se utilicen para elaborarla, y ser precisos en los tiempos de cocción.
En definitiva, es su sencillez, universalidad y versatilidad lo que la hacen la más rica de todas.
Buon appetito a tutti!!!
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